jueves, 29 de diciembre de 2011

El gusanito de colores

Había una vez un gusanito de colores que se llamaba Colorín.
El era muy bueno, pero todos los habitantes del pueblo donde el vivía lo
despreciaban porque era un  gusano de muchos colores y eso nunca se había visto.

El rey Don Martínez lo quería mucho a pesar de que tenía muchos colores y fuera gigante. 
El era el rey mas bueno del mundo y no despreciaba a nadie por su físico ni color de piel, pero los habitantes sí. No querían que ninguna persona que no sea igual a ellas viviera en ese pueblo. Eso al rey le molestaba muchísimo y por eso la gente trato de sacar al rey del palacio para que no gobernase mas ese pueblo, pero el rey se resistió. Si dejaba solo al gusanito, lo iban a matar. El gusanito se asustó mucho, el no quería que lo maten, era razonable pero a las personas no les importaba.
Fue por eso que el gusanito escapó al bosque y se quedó allí hasta que el rey lo fué a buscar.  No lo encontraba por ninguna parte hasta que al final del día, lo pudo hallar en el agua nadando muy triste y solo.
En el pueblo habían a lo lejos muchos volcanes de colores y nunca habían hecho erupción desde hacía 300 años y justo ese día que el gusanito se fue hizo erupción.
Todos corrían y los de la policia llamaron a los bomberos desesperados pensando que éstos lo podían apagar, pero no pudieron hacer.
Pero este gusanito, tenía un poder muy extraño, el poder de apagar el volcan que estaba haciendo erupción y cualquier volcán del mundo.
Como éste gusanito era muy bueno, aunque no lo quicieran, igual quería salvarlos.
Cuando llegó, los habitantes dijeron:
- ¡¡¡Que hace este gusano aquí!!! ¿No lo echamos?
Él les dijo que tenía el poder de apagar cualquier volcán del mundo, pero había que hacer algo para que pudiera hacerlo. Todos tenían que cantar la misma canción y entonces eligieron una que sabían todos y  la cantaron, así fue que el gusano empezó a brillar y los volcanes se cerraron y todos agradecieron al gusanito.
El bosque y el pueblo quedaron sin cenizas y sin
lava y al gusanito no lo volvieron a molestar
mas y vivió feliz por siempre.

FIN.